Con el tiempo, mi estómago dejó de reaccionar a dos píldoras laxantes - tuve que aumentar su número a cuatro. Los almuerzos con amigos sólo tenían lugar en mi habitación. Sí, mis amigos también bebían laxantes, pero yo llevé mi juego a un nuevo nivel. Instalé una mini nevera en mi habitación, diciéndome que la leche tenía que estar fresca. Pero de hecho, ya no quería comer delante de nadie. Me estaba volviendo paranoico y temía ser juzgado incluso por las mismas chicas que me enseñaron todos estos trucos.

Llegué a un punto en el que apenas podía concentrarme en otra cosa que no fuera comida. A menudo me sentía mareado y débil. Aún así, no importa cómo me mirara en el espejo, la chica que vi no estaba lo suficientemente delgada. No vi en lo que me había convertido: piel y huesos, nada más. ¿Las chicas que me llamaban "Anna-Rex" a mis espaldas? Sólo estaban celosos. De nuevo, nadie me dijo nada. Nadie se atrevió a juzgar o decirle a una ex-gorda que había ido demasiado lejos en su pérdida de peso.

Después de un año y medio de mi rígida rutina, mi misión finalmente ha llegado a su fin. Esa fatídica mañana en la ducha, me desmayé. No sé cuánto tiempo le tomó a mi compañero de cuarto encontrarme. Tuve suerte porque podría haberme ahogado o haber caído en coma. Mi corazón podría haberse detenido. Privé a mi cuerpo de todos los nutrientes y electrolitos que necesitaba para funcionar. "Anna, todo va a salir bien", susurró mi vecina. Por un momento, me sorprendí a mí mismo pensando: al menos moriría delgado.

Mi compañero de cuarto y yo no le hemos contado a nadie sobre este caso. Estaba demasiado avergonzada para contarle a mis padres mis problemas. Tenía miedo de que me enviaran a rehabilitación o me echaran de la escuela. Decidí que si había llegado a esta condición, tenía que dejarla por mi cuenta.

Mi principal objetivo era restaurar el equilibrio de vitaminas y minerales, restaurar la digestión y la capacidad de tomar al menos un poco de comida. Mi cuerpo estaba esperando mi ayuda. Después de haberle traicionado una vez, ahora tenía que devolverle todo lo que una vez le había quitado. Pero no fue fácil.... pasaron meses e incluso años, y aún así me sentí mal. Como resultado, el vacío de mi mente y la perfección inalcanzable de mi cuerpo me hicieron una broma cruel.

Ahora, en lugar de limitarme a todo, he empezado a comerme la depresión. Y por supuesto, las libras que había perdido antes se habían duplicado en fuerza. El llamado efecto "yo-yo" me alcanzó, y fue culpa mía. Ya no quería estar flaca, sólo quería estar sana. Pero el metabolismo estropeado envenenaba mi vida todos los días.

Debo haber estado deprimido porque todo el mundo se había ido para mí. No tengo nada que recordar. Ni alegría, ni juventud brillante, ni nada de eso, que normalmente se les dice a mis nietos en la vejez. No viví, sólo existí todos estos años.

A los 28 años ya tenía dos títulos de educación superior y trabajaba como psicólogo en una empresa muy conocida. Mi profesión me ayudó a comprenderme mejor, finalmente logré dejar atrás muchos temores de mi infancia y pude perdonarme por la juventud lisiada, la mala salud y el cuerpo....

"Unas dos veces al año salía al extranjero a trabajar, y en uno de mis viajes de negocios conocí a una persona maravillosa, una buena amiga y una experta en el campo de la nutrición. Estoy hablando de María Cortez. Tenía 30 años entonces, pero tenía muy pocos amigos de verdad. Estoy tan feliz de haber podido revelarle a María y de haberle confiado todos los secretos, todo el dolor y la desesperación que había vivido en mí todos estos años.... Y luego me habló de la maravillosa medicina - las gotas vegetales de Biolica para el TRATAMIENTO - que cambió toda mi vida. Gracias a ellos, aprendí a ser sensible sobre la pérdida de peso, logré amar a mi cuerpo de nuevo y comencé a regocijarme en la vida."

Fue entonces cuando me di cuenta de lo estúpido que era al no haber consultado nunca a un nutricionista profesional en todo momento. ¿Quién más que ellos para conocer todas las dificultades y secretos asociados con la pérdida de peso?

Cuando regresé de mi viaje de negocios, hice una cita para ver a otros nutricionistas. Quería obtener la información más detallada sobre este medicamento. Tuve la suerte de que todos los especialistas confirmaron la seguridad y eficacia de estas gotas!

Lo más importante, dijeron que Biolica no daña al cuerpo ni lo priva de nutrientes. En mi caso es muy importante.

Aún así, estaba asustado, ¿y si lo empeorara para mí mismo? Después de todo, mi cuerpo aún no se ha recuperado de todos los experimentos que he hecho conmigo mismo. Tenía tanto miedo de hacerme daño otra vez.....